viernes, 8 de julio de 2011

Eso de ser feo

Hay que ser claro: ser feo es una condición natural, como nacer diestro o zurdo. No hay que mentirse, ni meterse cuentos ‘chimbos’ del talante de: ‘todo es cuestión de actitud’ ó una más estúpida ‘la belleza es cuestión de autoestima’.

La vaina es simple:
sus (nuestros) rasgos físicos no cumplen con los estándares de calidad de la sociedad o contexto vivencial usual. Más bonito, difícil de poner.

Para los feos todo es un logro:
Si consigue pareja, todos hablan bien y lo felicitarán con sorpresa. Se sabe que fue a punta de palabras y convencimiento. Ó en su defecto dinero y propiedades (tampoco hay que mentirse con eso, no hay mejor elixir para el amor que el dinero).

Si consigue trabajo fue por meritos y logros no por una buena imagen (tampoco hay que mentirse con eso, una buena apariencia abre puertas laborales).

Ser feo obliga a mejorar:
Se debe estudiar más, hablar más y mejor, intentar aprender a bailar, buscar ser divertido, intentar aparentar cierta distinción, vestirse mejor. De lo contrario su vida sentimental y laboral se verá seriamente afectada (la familiar no, allá –en teoría- lo quieren por cómo es (somos)).

Lo divertido de ser consiente:
A los peregrinos del costado de los ‘no tan agraciados’ les (nos) resulta más conveniente entender (a veces aceptar) que no fueron (fuimos) premiados con buenos rasgos eso, en teoría, beneficiará las relaciones interpersonales.

Porque no hay nada más patético que un feo iluso.

Por ejemplo, en una reunión -fiesta, agasajo, rumba, parranda- no tenga muchas expectativas de lograr un encuentro amoroso con otro interlocutor. En esos contextos la primera imagen es la más válida y usted (nosotros) no la tiene (tenemos). En ese caso, lo mejor es recurrir a uno de esos puntos anteriormente nombrados. O quédese (quedémonos) en la casa durmiendo mejor.

Ser feo no es pecado:
Sí, aunque para algunos se duro de entender no ser tan agraciado poco influye en su vida (o no debería por lo menos). Es una condición natural, que como cualquier realidad depende de cómo se maneje y cómo se disfrute. Ayuda mucho, cuando se asimila y hasta se disfruta.

Nota: El autor de este escrito se divirtió redactándolo de forma tan regular.