miércoles, 6 de abril de 2011

El Barcelona aburre

Resulta difícil de creer que once personas logren tener tanta simetría para jugar un deporte basado en el error. Pero este Barcelona, que ya dejó de sorprender para empezar a asustar, es lo más parecido a una orquesta filarmónica que rara vez falla un acorde.

Este equipo hace del movimiento constante su mayor arma. Todos rotan, todos son opción de pase. Entienden que el espacio vacío y la precisión pueden vencer cualquier defensa. Ejecutan gambetas cerca al área, donde valen y producen. Metros antes tocan el balón tanto que convierten a los rivales en espectadores con canilleras y pantaloneta.

(Los que han jugado alguna vez a la pelota saben que no hay nada más desesperante que un rival que toque de primera. No dan tiempo ni para aplicarles una patada y parar el baile.)

Eso, precisamente hace el azulgrana, toca rápido, transporta poco. No le da tiempo al rustico. De hecho, por poco y no les da tiempo a las cámaras para coger todos los movimientos.

Se mantiene cerca al área rival ¿Cómo? Mediante una presión constante que nace (y a veces muere) en sus delanteros. Sí, en sus delanteros. Porque es usual ver a Pedro, Messi y Villa recuperando el balón en el primer cuarto de cancha de los rivales. Esa es una de las claves de esta sinfonía. La presión asfixiante provoca el rápido error. Permite que el balón permanezca en su poder por mucho tiempo.

Escena repetida: Barcelona construye una jugada de ataque con 35 toques seguidos, pases que no superan los 4 metros de distancia. Algún avezado defensa rival logra, casi lo imposible, y recupera el balón, pasa a un lateral o al volante central y el chip de los de ‘Pep’ cambia automáticamente.

Parecen perros de presa hambrientos. Saben que en esa transición del rival, cuando vuelve a sentir el balón es cuando más daño se puede hacer. Porque esas fichitas que permanecen casi enjauladas cerca a su portero salen, toman un respiro dejan de ser muñecos de futbolín, y caen en la trampa… Pierden el balón, pase preciso al espacio vacío y listo, se perdieron 25 minutos de aguante y juicio defensivo.

Ah y eso que sólo hablamos de fruslerías meramente tácticas, que ya muchos han dicho, y hasta estudiado. Qué decir del talento que tiene este equipo. Simple: lo tiene todo. Parece una disposición del destino. En el mismo tiempo, forma y espacio en el universo se juntaron jugadores con todas las características para hacer historia. Claro, mucho tiene que ver su entera disposición y el discurso de convencimiento de Guardiola.

Sólo grandes argumentos (los desconozco) hacen que talentos como el de Xavi se unan con Busquets tirándose al suelo para recuperar el balón. Ó ¿acaso no se necesita un excelente discurso para que a estos monstruos no les de pereza recuperar la bola lo más rápido posible?

Ah, y de Messi mejor ni hablar. No hay que desperdiciar espacio. De él todo se sabe excepto: para dónde será su próxima gambeta…

Pero…

Después de este sin fin de halagos y análisis ya trillados, tengo que utilizar la primer, primerísima persona, para decir que, a mí el Barcelona me aburre profundamente. Porque tanta perfección aburre al espectador exterior, me imagino, no tanto al hincha que nunca se cansará de ganar. En los partidos del Barza no hay expectativa, dejó de haber emoción.

Todo se reduce a esperar el primer gol y observar, como los Romanos en el Coliseo, a once desdichados ser humillados por una aplanadora que les mete goles sin compasión, con estilo y gracia, dignos de exposición de arte. Cada tres días somos testigos de un equipo que hace historia a costa de pobres mortales.

Y cada tres días vemos jugadores pálidos, llenos de miedo. ¿Y cómo no? Todos le tenemos pavor a la humillación en público. Defensas que no atacan, para evitar quedar como conos o despaturrados en el verde césped. Ese miedo, lógico por demás, volvió los partidos rutinarios, previsivos, austeros, pero sobre todo un llamado al bostezo.

El uso del primer pronombre personal no es gratuito. Soy consciente que este pensamiento representa la inmensa minoría. La mayoría disfruta de los recitales y las sinfonías, pero yo espero emoción, vértigo, lucha; elementos que brindan ambos rivales en la cancha, pero que hace mucho el Barcelona le arrebató con buen fútbol a sus rivales.

Claro, esto no es culpa del Barcelona, ni más faltaba. Ellos cumplen el trámite, la destrucción de sus rivales (que en la Liga de España, de por sí, son bastante deficientes siendo sinceros) con ese derroche, casi infinito, de habilidad y precisión. Y es que trámite es la mejor palabra para definir los partidos del Barza…

Espero que los rivales Europeos representen un mejor escollo para este equipo de iluminados. El año pasado el Inter demostró que es vencible, como todos los humanos, que si hay fórmulas. En el partido de ida, de esa mentada semifinal, mostró que se le puede arrebatar el balón con la misma arma que ellos tan bien usan: la presión en los primeros cuartos de cancha.

Eso sí, debe cumplir condiciones específicas: concentración 96 minutos, precisión casi de cirujano y sobre todo Insolencia. Tener desfachatez. No temer que le metan 8 pepas. Perder respeto. Todo eso se requiere para vencer a este verdadero conjunto de ensueño. Ah, por aquello de las claves tácticas y de juego, pregúntele a Mouriho, ese las sabe.

Si, definitivamente me aburre el Barcelona actual. De pronto es porque soy hincha de un equipo sin jerarquía acostumbrado a las derrotas y tristezas. De pronto prefiero ver partidos dinámicos, luchados, donde no se sepa quién será el ganador. Espero que alguien le haga frente a este súper equipo, que por lo menos a mí me hace cambiar de canal.