jueves, 15 de octubre de 2009

La cultura del 'importaunculismo'

¿Cómo definir en una palabra a Colombia? Es simple, Indiferente. Acaso nos importa, lo que pasa alrededor nuestro ¿nos importa que nos roben día tras día? ¿nos importa que nos matemos por una menta? ¿nos importa que nuestros ‘empresarios exitosos’ envenenen la mitad del mundo? ¿nos importa que cada día los políticos roben y roben y no paren de robar (hasta de manera graciosa)? Nos importa un culo (perdón a las damas lectoras).

“Que ‘hijuemadre’ que hagan lo que quieran, mientras que yo y mi familia coman, lo demás no importa”. Así de fácil. Aquel iluso que piense que vivimos en una sociedad, ese debe llamarse un idiota, porque en este país lo que hay es un grupo de individuos que simplemente sobreviven, así como los cavernícolas, simplemente vemos como comer, reproducirnos y morir de la manera más decente posible.

Pero en algo si nos parecemos todos los individuos que componen este país. Un valor que nos acompaña a todos INDIFERENCIA. Nos inventamos nuevas y encantadoras formas de ser cada día peores, nos matamos, nos robamos, nos secuestramos, nos envenenamos, nos violamos, mejor dicho que no hacemos y lo más divertido es que todo nos pasa al ladito y no sólo nos resbala, además nos reímos.

Es inocente pensar que son más los colombianos buenos (risas). Entre los ladrones, asesinos, narcotraficantes, narcoterroristas, narcoparamilitares, narcopolíticos, ladropolíticos, agropolíticos, pandillas, barras bravas… (me disculpan los que no nombré). Los poquitos que quedamos, merced a nuestra indiferencia nos convertimos en victimas proximales (explicación: si esta en el lugar y momento equivocado será victima de los anteriormente mencionados).

Que no se está diciendo nada nuevo, es cierto –es más ya estoy escuchando el comentario “si no le gusta, porque no se va del país”-, y saben que, tienen razón, lo más útil sería largarse de este país. Pero algún día de tanto repetir estas mismas diatribas alguien tomará conciencia (no creo que sea muy pronto. Además siempre he soñado con ser aquel que diga “se les dijo, se les advirtió y se les volvió a decir”.

Para aquellos que por exceso de tiempo llegaron a este párrafo y se pregunten cuál es la solución a esta caótica situación, pues mi humilde respuesta sería, una revolución. Si, una revolución individual, un cambio en cada individuo que habita este país, pero la verdad es más fácil que la selección llegue al mundial.

Ahh, que delicia es divagar en palabras y además desahogarse.